Desde la antigüedad, el género de punto ha sido un elemento más de la manufactura textil tradicional, como hilar, coser o bordar.
Los objetos de género de punto se producían en el hogar, generalmente destinados al consumo familiar, se tejían a mano con fibras naturales como lino y lana, y en el siglo XVIII, con algodón.
La producción más lujosa, hecha con seda, se dirigía a las clases sociales acomodadas y se encargaba a artesanos especializados que trabajaban en pequeños talleres.
Cataluña y el Maresme viven durante el siglo XIX grandes transformaciones sociales, industriales y económicas, todo ello da lugar a la creación de una industria textil en expansión que se renueva tecnológicamente y aumenta la producción de forma gradual centrándose en el género de punto.
Ese importante sector textil sufre en los años setenta una importante crisis debido al aumento de costes y la bajada de la demanda, lo que lleva al cierre de muchas empresas, poco a poco el sector se reconvierte hasta apostar por la innovación en el diseño de nuevos productos con un amplio abanico de aplicaciones en campos como la salud, el deporte o la moda.
Y es así como nace la marca Tanbai, de la tradición del género de punto de nuestra comarca el Maresme.